Realmente las fotos no hacen justicia a lo que acontecía esta mañana en El Frontón, para empezar, al no haber entrado nadie al agua, no hay una referencia para el tamaño, pero eso precisamente ya da una idea de lo grande que estaba, nadie ha entrado y es la primera vez que veo que eso sucede; otro aspecto que no se aprecia en las fotos, es el estruendo, las explosiones que produce el labio al chocar contra la baja de roca volcánica a flor de agua y otro factor que tampoco se siente en las fotos es la vibración; desde lo alto del acantilado, cada vez que una de esas olas estalla contra el fondo, hace vibrar la roca bajo tus pies, notas la vibración en tu cuerpo, en el estómago, un auténtico espectáculo de la naturaleza.
Por cierto, no dejen de clicar sobre las fotos para verlas en grande, vale la pena.
Para haceros una pequeña idea del tamaño, podéis visitar la página de mi buen amigo y también fotógrafo Rubén Grimón, él estuvo el día anterior durante los mejores instantes de la jornada y ha publicado una foto estupenda en la que uno puede hacerse una pequeña idea del tamaño que había (la foto no es ni la mejor ni la más grande, ya que me ha comentado que esas las tiene ya reservadas para una revista australiana) el domingo, que estaba un poco más pequeño que ayer y también un poco más asequible ya que no había viento, factor que ayer a la postre fue determinante para que combinado con el enorme tamaño, no entrase nadie al agua.
Guauuu!!!....es que Dios es un artista del carajo....menuda obra de arte...
ResponderEliminarUn saludooo...